Un 29 de septiembre de aquel año tan importante, nosotros: Lilian, Gustavo y la abuela Rosa, abrimos un pequeño local en la Avenida Irigoyen con mas dudas que certezas. Contábamos con muy pocos elementos, pero muchas ganas y mucha fe… bastan esas dos condiciones para lograr cosas importantes.
La consigna era hacer las mejores pastas frescas del mundo, así de ambiciosos. Buscamos las buenas harinas del país, ricota cremosa, carnes y verduras frescas a diario, quesos de primera calidad… etc, es decir, óptimas materias primas para elaborar todos los días las tradicionales pastas que los argentinos elegimos para nuestra mesa familiar.
Al poco tiempo, 1988, tuvo lugar la sucursal en la calle Alem (Quilmes centro), hoy en un espacio más importante. Carlos, mi hermano, en el 88 instala una nueva fábrica con su familia en Sarandí logrando pronto muy buena repercusión. Fruto de ese éxito, pocos años después abre una sucursal en calle Las Flores, Wilde. Nosotros en 1990 nos mudamos a la esquina de Irigoyen y San Lorenzo. luego en el 92, una sucursal en Cerrito y Chacabuco, Bernal Oeste.
A partir del 2000 y con recetas originales, comenzamos con la producción de alimentos libres de gluten: pastas congeladas, pan, postres, tartas, pizzas etc. Poco después una gran variedad de fideos secos que colman las necesidades de aquellos que necesitan una dieta sana y sin gluten.
Los años pasan y nuestros hijos y sobrinos siguen nuestro camino, con esa misma pasion abren sus locales en Barracas, Avellaneda y Berazategui continuando la tradicion familiar que siempre nos caracterizó.
Es nuestro deber agradecer a todos los colaboradores que compartieron con nuestra familia ésta aventura.
Los llevamos en el corazón.
Ayer y hoy le debemos a nuestro barrio la confianza y la fidelidad que solo los amigos pueden brindar.